El mecanismo para que la Seguridad Social acepte declarar una actividad por cuenta propia como penosa y acceder a la jubilación anticipada preocupa a muchas asociaciones de autónomos porque implica un incremento obligatorio de cotizaciones para todos los englobados en el CNAE afectados y también para sus empleados
La posibilidad de que los autónomos que realizan actividades penosas puedan acceder a la jubilación anticipada es una buena noticia para muchos trabajadores por cuenta propia que llevan años solicitando poder retirarse antes porque la dureza de su trabajo así lo exige.
Sin embargo, tras la reciente aprobación del procedimiento que permite declarar una actividad como penosa, se ha desatado un intenso debate dentro del colectivo de autónomos.
Según fuentes consultadas por este medio, varias asociaciones ya han anunciado que iniciarán los trámites para solicitar esa catalogación para sus sectores. Pero otros muchos autónomos recuerdan que la declaración de una actividad (de todo un CNAE) como penosa conlleva un aumento obligatorio de cotizaciones a los autónomos y a sus asalariados adscritos a ella, tanto si desean prejubilarse como si no.
- La prejubilación para los autónomos en actividades penosas se basa en un procedimiento “diabólico”
- El Gobierno podría descartar considerar como penosas muchas actividades tras un procedimiento tedioso y restrictivo
- La declaración de penosidad no se adecúa a la realidad de los autónomos
La prejubilación para los autónomos en actividades penosas se basa en un procedimiento “diabólico”
A diferencia de otras medidas que permiten solicitudes individuales, la declaración de una actividad como penosa debe realizarse a nivel sectorial. Susana Romero, vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), recordó a este medio que “no vale pedirlo individualmente, tiene que ser para todo el sector” a través de un procedimiento que calificó como “diabólico”.
Esto significa que una asociación representativa debe iniciar el procedimiento, y, si prospera, el Gobierno dictará un Real Decreto que catalogará la actividad como penosa. Como resultado, se aplicarán coeficientes reductores que permitirán la jubilación anticipada, pero también se incrementarán las cotizaciones sociales para todos los autónomos adscritos al CNAE correspondiente.
José Carlos López Jato, secretario técnico de Fedetransa, subrayó la necesidad de tomar este camino con cautela pues no será gratis para los autónomos afectados tal pues “el establecimiento de un coeficiente reductor implica una cotización adicional que puede incrementar en un 30% la cuota”.
En consecuencia, el aumento de las cotizaciones será obligatorio para todo el sector, lo que plantea un dilema. Romero destacó que para un autónomo darse de alta “en una actividad que va a ser considerada penosa le permitirá jubilarse antes, pero también hay un sobrecoste de cotización que van a tener que asumir”.
Este sobrecoste no es opcional, incluso para aquellos autónomos o trabajadores que no tienen intención de jubilarse anticipadamente. Como señaló Romero, “la cotización de más nadie se la va a devolver”.
El Gobierno podría descartar considerar como penosas muchas actividades tras un procedimiento tedioso y restrictivo
El proceso para declarar una actividad como penosa es, según Romero, “complicado, largo, y tedioso”. Sólo se concederá si no es posible modificar las condiciones laborales para reducir la penosidad.
Para ejemplificarlo, expuso el caso de un camionero, “que tiene que ir en el camión sí o sí”, por lo que, a su juicio, no parece que haya duda de que las administraciones públicas encuentren objeciones a su consideración como penosa.
Sin embargo, en otros sectores podría argumentarse que existen medidas para mitigar la penosidad, lo que complicaría la aprobación.
La Confederación Española de Mercancías (CETM) es una de las asociaciones que ya han mostrado públicamente su disposición a iniciar el proceso para reconocer la penosidad de los transportistas. Carmelo González, durante su presentación como nuevo presidente de la CETM el pasado 3 junio, declaró estar “a favor” de solicitar la jubilación anticipada considerando que es “positiva para el sector”.
No obstante, González también reconoció la necesidad de abordar los costes asociados: “tendremos que ver cómo lo incluimos en nuestros costes y cómo lo trasladamos a nuestros clientes”.
Una preocupación que refleja la postura de varias patronales, que, según fuentes del sector, creen que el actual nivel de cotizaciones por contingencias profesionales podría financiar la medida sin incrementos adicionales.
La declaración de penosidad no se adecúa a la realidad de los autónomos
Desde Fedepesca, la organización que reúne a las asociaciones de las pescaderías minoristas gestionadas, fundamentalmente, por autónomos, recordaron que llevan tiempo exigiendo que su profesión sea declarada como penosa.
Sin embargo, María Luisa Álvarez Blanco, directora general de Fedepesca, declaró a este medio que pese a que ahora se abre una puerta “será difícil conseguirlo”.
También incidió en la complejidad del sistema y que, para los autónomos, “estadísticamente no se refleja su realidad, pues no reportan bajas o accidentes laborales salvo cuando no les queda más remedio y quedan completamente incapacitados para trabajar”.
Esta falta de datos dificulta que muchos sectores de trabajadores por cuenta propia puedan justificar la penosidad ante las autoridades, a pesar de las duras condiciones físicas que tienen. En el caso de las pescaderías, argumentan que tanto los horarios como la manipulación constante de productos fríos y pesados o largas jornadas de pie, aconsejarían en muchos casos la posibilidad de la prejubilación.
En cuanto al proceso, el Gobierno debe emitir un Real Decreto específico para cada sector, lo que alarga los plazos y añade complejidad. “Esto no es algo que puedan pedir individualmente los autónomos y beneficiarse”, insistió Romero.
La falta de claridad sobre cuánto podrían aumentar las cotizaciones agrava la incertidumbre porque, hasta el momento, no se conocen estimaciones concretas, sólo la voluntad del legislador de que sean los trabajadores por cuenta propia a través de sus cotizaciones quienes asuman el coste de la prejubilación.
La percepción inicial de que esta medida “va a cambiar la vida” de los autónomos se desvanece al leer la letra pequeña, resumió la vicepresidenta de ATA añadiendo que “hay que ser cautelosos”. La combinación de un procedimiento restrictivo, el sobrecoste obligatorio y la falta de flexibilidad individual están llevando a que muchos profesionales y sus asociaciones se lo piensen dos veces antes de iniciar el proceso.
Fuente: Autónomos y Emprendedor